viernes, 31 de julio de 2009

El white topping (Cemento Hidráulico)

Hace dos años y medio salimos miedosos de Tijuana y nos fuimos Claudia y yo a trabajar al DeFecante. Mientras yo me instalaba de forma radical y absoluta, como soy, ella seguía regresando cada quince días a Tijuana. Además de llevarme salvavidas de gomita (Life Savers Gummies), siempre me daba las últimas noticias de los avances del crecimiento urbano de la "Puerta de la Patria". Con lo que más se le llenaba la boca era con el White Topping (Concreto Hidráulico). “Es del mismo de los free ways gabachos” me decía. Ahora que regrese a Tj y ví las obras me sorprendí. Era verdad. Las principales arterias viales tijuaneras estaban waitopeadas al mismísimo estilo de los gringos. El gusto y la sorpresa me duró poco, ver todo ese cemento enchulando la ciudad me hizo recordar aquella reconciliación de mis padres. Después de dos años de separación decidieron unirse una vez más, ambos lucían más jóvenes, muy delgados y sus guardarropas estaban renovados. Parecían otras personas. Todos los días, al despertar, veía esas caras nuevas y frescas (como las calles waitopeadas) pero en un par de semanas, detrás de esas nuevas barbas y el maquillaje estaban agazapados los vicios y las alienaciones, no pasó mucho tiempo cuando ya se estaban desgreñando como siempre.
PREGUNTA: ¿¿Que hay debajo de ese hermoso Concreto Hidráulico…??
RESPUESTA= La misma Tijuana que deje hace dos años y medio, con su misma pobreza, delincuencia, corruptelas y su misma fe en ser un día la gran frontera por la que muchos estamos aquí… de regreso.

jueves, 30 de julio de 2009

La Le Baróna II

El Bombero tiró por la ventana de la Ford 76 el ultimo bote del 24 de TKT’s que le piché para que me llevara a buscar a aquella chica maravillosa que me había deslumbrado en mi cumpleaños.

En el trayecto a Galeana, pueblo natal del Bombero y donde empezaría la búsqueda de la sabrosa muñequita de ojitos azul Telcel, mi cuate, ya medio enchanclado, me contó que de niño era el primero en llegar a los incendios y organizar al vecindario para combatir la lumbre. Cuando los verdaderos “Traga humos” arribaban, él ya tenía todo bajo control, supuestamente por eso le decían... ¡¡EL BOMBERO!!
La plática se interrumpió cuando entramos al pueblo más solitario que he visto en mi vida. Sus calles eran anchas y sin pavimento. No se veía gente, solo enormes trokas que a velocidad desaparecían dejando solo un terregal en el aire.
Mientras comprábamos carne seca para masticar, un paisano se acercó y saludó a “La Bombera” quien fingiendo no ofenderse por que le hicieran femenino el apodo, contesto el saludo. Pero muy a su pesar, el tipo le preguntó, a modo de carrilla, si seguía aullando cuando miraba humo. El hasta entonces “Bombero” cortó la platica y me dijo que fuéramos a la desponchadora, que ahí podíamos preguntar por Laurita. Lamentablemente para mi amigo, el recibimiento fue el mismo: ¿¿Quihubole Bombera??
¿¿Qué chingaos haces por acá?? Le dijo su compita.
Quien para mí era “El Niño Bombero”, contó la historia de la rubia a su conocido y que yo quería encontrarla. El tipo, que siempre le dijo con seriedad Bombera, le informó que dicha chamaca era una Le Barona y que vivía con su padre y varias de sus madres en “La Colonia”.

Mientras nos subíamos a la maltrecha Ford 76 le pregunté a mi compa que si yo también podía decirle “mi bomberita” y con sorpresiva rabia me dijo que NO y que me llevaría a la colonia Le Barón porque sabía que ahí me partirían la madre en cuanto yo preguntara por la chica y así dejaría de estar chingando.

En 10 minutos entramos a un polvoroso pueblillo mormón con lindas casas de madera. El hasta entonces Bombero me indico preguntara a dos jóvenes si conocían a la Laurita. Pregunte a los pequeños y amablemente los dos rubios muchachotes me dijeron que siguieramos derecho por un largo huerto de manzanas y al final preguntara por ella.
Di las indicaciones a “la Bomberita” quien se rió y me dijo que estaba yo bien pendejo pero que para que se me quitara, me llevaría a la cita con el "AMORRRR".
Pasamos más de 20 minutos y los huertos no se acababan, por fin llegamos a una pequeñita represa y ahí estaban los dos mormoncitos de la entrada del pueblo con otros dos güeros igualitos a ellos. Me bajé y apenas los iba a saludar y preguntarles como habían llegado tan rápido cuando empezó la golpiza. Recuerdo claramente como uno incitaba a un tal Benji a patearme la cara.

Todo fue muy rápido, del regreso y la manera en que me olvide de la Le Barona no me acuerdo. Despues me enteré que había ganado un concurso de belleza estatal. No me importó. El grito de “patéale la cara Benji” me hacía eco y sigue retumbando hasta hoy, que se de la horrible matanza y toda esa tragedia que ha pasado en aquel lugar rodeado de árboles de manzanas y duraznos.
Descansa en paz Benjamín Le Barón, la primera vez que supe de tí peleabas por defender lo tuyo (en contra mía), la segunda vez que apareciste en mi vida me golpeaste más duro al saber lo que te había pasado por defender, como siempre, a los tuyos.

Al gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza y a Calderón les digo que son unas mierdas por dejar que muera gente así, héroes de verdad. Esto ha rebasado nuestros límites y sabremos muy pronto que hacer en contra de las estupideces del gobierno y de la inseguridad... el ejemplo saldrá de La Colonia Le Barón… en el municipio de Galeana.

PD 1 El Bombero nunca le platicó a nadie lo que me había pasado y yo nunca conté que su verdadero apodo era “La Bombera” porque nomás veía fuego y salía a toda velocidad aullando (de miedo).

PD 2 Se les dice Bomberas a los carros bombas de los bomberos.

PD 3 Con respecto al BLOG del 22 de julio de 2009 de mi amiga Franco, simplemente les digo que no le entiendo, pienso que se ha tirado a la bebida y que le urge un micrófono.

lunes, 13 de julio de 2009

La Le Barona I

Cuando cumplan años no los celebren en el Bandido Pub de Nuevo Casas Grandes, Chihuahua. En ese extraordinario restaurante tipo Steak House, hacen que te tomes los tequilas correspondientes a tus años, bueno, la idea de esa tradición fue mía y me dí cuenta lo mala que era cuando cumplí mis primeros veinte años y trabajaba como meserito de aquel lugar.

Nuevo Casas Grandes, lugar donde por caprichitos del destino yo vivía, es uno de los muchos pueblos (hoy ciudades a medias) que están en los valles que se forman al termino de las faldas de la Sierra Madre Occidental. Sus huertas de duraznos, nogales y manzanas son ya motivo turístico para visitar este y otros pueblos como Buenaventura, Galeana o la mismísima Colonia Le Barón.

Les decía que mi fiesta la celebre tomándome de golpe el primero de los 20 tequilas que me correspondían. La idea de esta “antrera” medida, era que el festejado se fuera del lugar lo más happy posible y en mi caso… con ese tequila basto. Me puse pedísimo, me dio un ataque de risa que sorpresivamente paro cuando frente a mi a una belleza rubia de 1.80, su cabello era de chinos naturales y en ese momento creí que le llegaba hasta el piso, después me congelo el frío de sus ojos azuuuuuules Telcel y en voz alta dije que ya había encontrado mi regalo de cumpleaños y ella se sonrojó, después termine de enamorarme de unos finísimos labios rosas.
Lamentablemente el alcohol se apodero de mis sentidos anulandolos por completo, quede fuera de combate y al despertar, lo primero que hice fue jurar que lucharía por que se des-institucionalizara la tequilaza cumpleañera, después me vino a la mente Laura, la belleza rubia. Salté del catre y fuí a buscar al Bombero, le dije que me contara sobre lo ocurrido y a carcajadas me dijo que había yo hecho reír mucho a la güera y que hasta bailamos norteñas. Le dije que quería verla y con más carcajadas me aseguro que estaba yo loco, que la chica era Le Barona y que mejor no me metiera en broncas con esos batos. Me conto historias de muertos y balaceados y se nego a llevarme.

¿Qué paso después?
¿Convencí al bruto del Bombero para ir a buscar a mi clon de Brook Shields?
¿Qué cabrones significa ser Le Barona?

No se pierdan la próxima perlaspalospuercos.blogspot.com

sábado, 11 de julio de 2009

El trébol de cuatro hojas


Cuando niño busque siempre el trébol de la suerte, nunca lo encontré. Mil veces me tendí entre los verdes trifolios y siempre terminé comiéndomelos o aplastando cochinillas. Hoy se que lo que buscaba no era la suerte, es mas, ni siquiera el trébol mágico, lo que yo pretendía era "sentir", sentir una emoción muy fuerte y que me hiciera creer que la vida es más que una rutina.
Si bien el mendigo trébol nunca apareció, la emoción si, fue cuando en una ceremonia, siendo yo adolescente, El Presidente de México dijo mi nombre, lo pronunció fuerte, completito y viéndome a los ojos. La exaltación fue tal, que las lágrimas salieron de mis ojos sin que me diera cuenta. Que gran momento aquel, pensé que nunca se repetiría pero hace un par de semanas, cruzando Guadalajara y muy cerca de el pueblo de Tequila, apareció de entre unos cerritos otro de mis amores… el Tren. Esa poderosísima bestia de hierro en peligro de extinción.
He amado el tren desde niño, a los 11 años hice sólo, un extraño viaje de la Ciudad de México a Ciudad Juárez, Chihuahua. Se suponía que serian 48 horas y le pegamos a las 70 pero a mi no me importo, yo iba feliz realizando un sueño. Bueno, les decía que vi salir el tren de entre unos cerros y rápidamente me pare en la moto y levante la mano para saludarlo con emoción y ¡¡ZAS!! Me regresó el saludo pitando tres veces… nuevamente vino aquella exaltación, la misma que me provocó el Sr. Presidente y la que no conocí buscando el pinchi trébol. Fue como si el tren dijera mi nombre, no había nadie en el camino, sólo un hermoso paisaje jalisciense, el Chu-chú, la moto y yo.
Es verdad que nunca he encontrado el trébol de cuatro hojas, pero la fortuna de que el tren te pite a tí y solo a tí y que el Sr. Presidente (sin importar el pendejo que lo encarne) diga tu nombre, esa suerte si la he tenido.

Neta que no tengo idea de porque les estoy contando esto. Mejor mañana les platico de Galeana, Chihuahua, donde viven “Los L’Barones”.

jueves, 9 de julio de 2009

Tierra de héroes


Habemos millones de personas que día a día enfrentamos los problemas que la chambona vida nos plantea. Si bien, amparados por el corrupto sistema de partidos hay despiadados delincuentes, también habemos, y por millones, valedores que nos la rifamos bien machin, y lo mas importante, con una sonrisa en la cara.
La pregunta sería:
¿¿Por qué si somos tantos y tan buenos, permitimos que unos cuantos malandrines tomen el control y nos den metralla de garrote desde el gobierno??
La respuesta creo verla en los 15 mil kilómetros que he recorrido en moto en el último año. Trasladarte en auto por las autopistas federales solo te enseña que hay lindos paisajes dignos de ser estampados por el Chema Velasco en cajetillas de cerillos, pero meterte a terreno, por las maltrechas carreteras libres, es entender por donde corre la sangre de nuestra tierra. Esto te da luces del estado de conciencia en el que nos encontramos. “Irse por la libre” no es tan fácil pero sí muy gratificante. Cualquiera preguntaría la diferencia entre andar en carro o en dos ruedas, la verdad es que la gente entiende lo frágil que puede ser un motociclista, tal vez por eso se abren más y preguntan con simulada preocupación que desde donde viene uno. Ese “romper el hielo” deja que un metiche como yo se meta hasta la cocina de las terriblemente humildes viviendas masahuas o en las mas suntuosas mansiones de Valle de Bravo.

En un mes le he metido 4 mil kilómetros de carretera a mi caballo de acero, cada metro recorrido ha sido como leer un libro de mi país y de la historia de la gente que lo habita. Muchos me reclaman el incumplimiento del compromiso de escribir este nuestro BLOG pero la verdad es que apenas estoy aterrizando, se empieza a terminar el trabajo digestivo de tanta vida consumida en tan poco tiempo.
Espero que no sean muy flojitos para leer y ojala yo pueda hacerles sentir la experiencia de perder en menos de un mes trabajo, casa, familia y quedarte solamente con un enorme y bello país… solo me quede con México, tierra de héroes.

miércoles, 1 de julio de 2009

Mexicali sin calzones!!

Mientras ustedes leen, yo estoy dando (o dí) un curso de locución avanzada… sin calzones.
Mi natural distracción y mi nato acelere provocaron que olvidara la ropa interior en Tijuana, no se ustedes pero los calcetines, puedo hacer un gran esfuerzo y repetirlos, pero los calzones no, no se que y que se yo, pero eso de los chones no se me da voltearlos. Así que imagínenme parado frente a treinta sedientos novicios que quieren ser como la Franco (que si trae calzoncitos) y yo, un locutor sin calzones… pero con muuuuuchos pantalones!!!

Regreso a escribirles el lunes, seguiré desde la Gran Ciudad de México las elecciones y el día seis ya estaré listo para joder a mis amados y haraganes políticos.

Quiero platicarles que se siente rodar tres mil kilómetros en moto y cruzar en Ferrie el mar de Cortés… todo a su tiempo…

Saludos y con tantita suerte… un día nos volvemos a leer!!