martes, 7 de abril de 2009

Lupita obro... sobre mí.


Tranquilas, tranquilas mentes veloces que visualizan heces divinas cayéndome en la cabeza. Me refiero a una visita que le hice a la señora del Tepeyac. Resulta que un día, mientras trabajaba en una editorial, los dueños, devotos guadalupanos, nos invitaron a darle gracias a la morenita y después a desayunar… palabra mágica… mi desayuno favorito, el de gorra. Fui el primero en subir al carro y el único en arrear a la gente que fielmente iba a agradecerle a la virgencita los favores y las ventas por millares de revistas semi pornos. La verdad, esa incongruencia me tenia sin cuidado pero cuando vi la limosna que se dejo caer en el canastito y lo ostentoso del entorno contrastando con la inmaculada miseria de la gente que, con tortuosos movimientos, llegaban a solicitar el favor de la Madre del Creador, todo eso si se mezclo y me hizo palidecer por un súbito mareo, se me vinieron los ascos y pensé que me perdería del desayuno gratis. Me costaba mucho entender tanta luz y sombra en un mismo plano, abandone el lugar en medio de gritos de llévela, llévela, la imagen de la Santa Madre ya bendecida… no podía creerlo. Me sentí raro e incomodo. Era como una chica que por vez primera se enteraba que para dar a luz hay que embarazarse y para ello hay que… bueno… así me sentía.
Después de deambular por cinco minutos algo me vino como bocanada de aire… no fresco porque en la Villa esta cabrón aire fresco, pero si me callo a toda madre respirar. Mi mente comenzó a asentarse después de tal turbieza, todo fue aclarándose y llego una respuesta por parte de la deidad mexica:
¡¡No todos mis hijos son igual de mendigos y mendígos!!

Ese día disfrute mi desayuno favorito, la sonrisa era de oreja a oreja, tener la certeza de que hay quien piensa y actúa distinto a un cúmulo social me libero. Me hizo sentir que no debía parar en mis ideas, pues eran seguramente, las de muchos otros, solo había que hacérselas llegar. Automáticamente se abrieron muchas puertas, entre ellas las de la radio y muchas otras que no han servido mas que para difundir esta manera de pensar, de vivir y de gozar sin tener que ser muy mendigo y de vez en cuando el mendígo de un desayuno que por cierto… sigo disfrutando de mis favoritos.

PD Si quieren saber cuales ideas en concreto… sigan visitándome, si no estoy, siéntanse como en su casa, pueden hurgar y tentonear todo lo que quieran, será divertido.

2 comentarios:

  1. Ah... la vieja dicotomía, yo aun lo recuerdo! Me sentí el hipócrita más grande:
    La ley del revolver
    Amores y amantes
    Relatos de Presidio
    Esos tres títulos fueron los que se le ofrecieron a la Virgen... Y mira que nunca les falló, siempre con ventas millonarias!

    Será que debemos ofrecer nuestros blogs? Los imprimiremos y les pondremos sus crucecitas con tinta negra y corriendo al Tepeyac -sólo que el desayuno tendrías que invitarlo tu-?

    Cómo ves?

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  2. Aaah, el escabroso tema de lucrar con la fe de uno. Siempre me han provacado nauseas quienes solo se acercan a la Divinidad (ponga aqui _______ el nombre que prefiera asignarle) con la esperanza de tener exito en los negocios...

    Ahora que, viendo que si les funciono a los de la Editorial... pues yo me chingo un Dramamine y vamonos al Tepeyac!

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